

La revista digital Sin Permiso , tot un clàssic ja, ens ofereix un article molt interessant ” Hay que salvar al NHS” sobre la situació actual i el futur del servei nacional de salut que ha estat referent a l’Europa de la postguerra en tota l’era del welfare state.
El Servicio Nacional de Salud (NHS) británico, que fue creado en 1948 en la oleada de optimismo que siguió a la derrota del fascismo en Europa, se enfrenta a una grave crisis, que no está relacionado en su totalidad con presiones financieras, sociales o clínicas. Es una crisis provocada por las acciones de aquellos que quieren que fracase, de manera que los conservadores y sus amigos puedan desmantelarlo en beneficio de quiénes defienden una financiación basada en las compañías de seguros y unos servicios de gestión privados, a cambio de grandes ganancias .
Una de las mayores influencias sobre el gobierno laborista de Clement Attlee, que creó el NHS, fue la Asociación Médica Socialista (SMA). Cuando se discutió por primera vez como debía gestionarse el NHS surgió la cuestión de qué modelo utilizar. La idea de un sistema de tipo estadounidense de seguros privados y mutuas médica ni siquiera fue considerado, así que la opción fue entre los sistemas bismarckiano o soviético. El primero, que se desarrollo en Alemania en el siglo XIX, era una mezcla de seguridad social y tratamiento gratuito, pero con diferentes proveedores, algunos públicos y otros privados. La alternativa era un servicio financiado y gestionado por el Estado, como el que existía en la Unión Soviética.
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