

Tras el impacto que nos produjo ayer la noticia del fallecimiento del Dr. Luis Montes manifestamos
nuestro agradecimiento por su incansable lucha por la dignidad sin bajar la cabeza.
Y enviamos todo nuestro afecto a la familia y allegados de una persona que ha dejado una huella indeleble.
La triste noticia de la muerte de Luis Montes conmociona a todas las personas que, de una forma u otra, nos hemos sentido cercanas a sus posturas y solidarias con sus luchas.
Luis Montes nos ha enseñado que la paciencia, la serenidad, la honestidad y la compasión son valores que siempre deben acompañar a quien se dedique a cuidar a las personas, desde la más humilde voluntaria de acompañamiento hasta la más grande eminencia de la especialidad médica más prestigiosa. Porque las personas que solicitan los servicios sanitarios son personas especialmente vulnerables a quienes la enfermedad les supone un inevitable giro en su proyecto vital.
Luis Montes estuvo siempre del lado de los débiles, regalando su conocimiento y su palabra a quien no lo tenía o no lo podía tener. Luchó siempre por una sanidad pública y por la ampliación de prestaciones cuando los poderes políticos conservadores pretendían mantener a España en la más rancia tradición católica. Su gran triunfo, al mismo tiempo que su gran batalla, ha sido liderar la asociación por el Derecho a una Muerte Digna y liberar a muchas personas del sufrimiento injusto al que habrían estado condenadas por unos sanitarios paternalistas y autoritarios que no permitían a las personas en situación de enfermedad terminal tomar sus propias decisiones.
Luis Montes ha actuado de trigger en la puesta en marcha y ejecución de la ley 41/2002, de Autonomía del Paciente, que parecía que no quería arrancar y que obliga a todas las personas intervinientes en la asistencia sanitaria a informar debidamente, a consultar la voluntad de sus pacientes y a actuar en conformidad con las y los usuarios.
Luis Montes ha defendido los Cuidados Paliativos en toda su integridad, tan necesarios en todas aquellas personas que sufren enfermedades crónicas invalidantes y sin posibilidad de curación; cuidados imprescindibles para procurar el confort y la calidad de vida que todos y todas desearíamos en nuestros últimos días, semanas o meses.
Luis Montes se nos ha ido pero nos ha dejado su legado, su rastro brillará en cada situación en la que, siendo inevitable la muerte, se la pueda abrazar con una sonrisa en la boca.
Luis Montes ha sido y será un faro en las luchas por una Sanidad Pública y una Sanidad Humanizada.
Hasta siempre, compañero.
LUIS MONTES, DESCANSA EN PAZ

